viernes, 9 de julio de 2010

DE OLVIDOS Y MEMORIA

De Olvidos y Memorias

Dice Benedetti que el Olvido está lleno de Memoria.
Todos nos debatimos entre olvidar y recordar. Aquello que intentamos –muchas veces vanamente- relegar al fondo de nuestra memoria se hace presente una y otra vez; en tanto que aquello que queremos tener siempre presente se hace olvido.
Sabemos que la Memoria nos hace lo que somos.
Rasgo indiscutible de la identidad en ese espacio de la mente residen aquello sedimentos  que el olvido dejó y, al hacerlo, nos forma y conforma.
Los seres humanos hemos hecho un culto a la Memoria y perderla es, en si mismo, una tragedia. Los enfermos de Alzheimer o el herido de Slomensko nos señalan el tamaño de la tragedia de no saberse quien es y aún menos quien ha sido.
A muchos no les conviene que el recuerdo exista.
En nuestro país sin ir más lejos hasta se llegó a promulgar el  DECRETO-LEY 4161 del 5 de marzo de 1956 por el cual se pretendió instaurar el olvido de la década pretérita de un plumazo.
Lejos de olvidar ese recuerdo a reprimir se agigantó; a veces tomando la característica de mito, en la mente de los Argentinos.
He visto altares profanos en humildes casas del conurbano donde se guardaban jirones icónicos de esa época: un foto coloreada; una página mal recortada de alguna revista, convivían con alguna estampita de un santo oficial del culto católico o la de un personaje de las devociones populares alumbradas con alguna vela.
Esto sin contar con los silencios historiográficos que la Escuela difundió.
Raro caso ese el de la Escuela. Creada para reproducir el sistema brinda también las herramientas conceptuales para poder criticarlos pero no podemos obviar que la Escuela sirvió a crear un imaginario social de héroes presentes y personajes ausentes.
En el número pasado analizamos esto desde la “estatuaria” conmemorativa y hablamos de la construcción  de hegemonías; acción en las que el “uso” del pasado es básica y que mejor uso que la de provocar los olvidos.
Por eso es necesario el Recuerdo. Con él sabremos quiénes hemos sido; con él podremos enfrentar los embates de los olvidos impuestos pero para esto se hace necesario fortalecer la Memoria , ampliarla y difundirla, sin silenciados ni omitidos, plena y llena de vida ya que, en definitiva, recordar no es nada más ni nada menos que mantenernos vivos.
Fabián Di Stéfano

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